Se van pasando varios días antes de noviembre. Quedan atrás las lluvias, los días nublados, la niebla.
Se acercan los días soleados y por consecuencia calurosos, un tanto torturantes.
Llegan los días en los que disfrutamos realmente de un vaso de agua, un helado, la hierba mojada, el suelo frío.
Se va la distancia, la separación, ya que se acerca el punto de encuentro, entre dos almas gemelas durante un veraneo.
Balones de playa, toallas, arena y sol, todo eso al terminar noviembre.
Todo esto escrito a la 1:13 de la mañana por no lograr dormir.
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