jueves, 20 de septiembre de 2012

Derrota

Derrota

Es temprano aún
nuestras almas están sedientas.
Tienen sed de vida.
Tienen sed de muerte.
Anhelan otra alma a la que puedan comprender.
Aquí estoy yo,
allá estás tú, a miles de millas de distancia.
Cuanto más tratamos de acercarnos
más lejos terminamos el uno del otro,
porque nuestra naturaleza es destructiva
y nuestras almas se repelen, pero se desean.
Se buscan como una flor busca al sol, sin embargo
son incompatibles como imanes de igual polaridad
Para vivir se necesitan, pero al no tenerse mutuamente
prefieren la muerte.
A final, todo se consume en el odio, entre llamas
y vientos invernales.
Ya es tarde, nuestras almas ya no viven,
ya no desean, ya no anhelan.
Se rindieron.
Lo que queda del recuerdo es la bandera de la derrota,
flamante. 

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